La Cruz Roja Chilena Filial Copiapó trabaja incansablemente para brindar apoyo a quienes más lo necesitan.
Dayana Araya, presidenta de la filial Copiapó, lleva más de 15 años siendo parte de Cruz Roja Chilena, en un camino inspirado por su madre, quien desde niña inculcó en ella el valor del voluntariado. Ahora, con dos años en el cargo de presidenta, Dayana enfrenta nuevos desafíos, al tiempo que valora la rica historia de una filial que ha sido testigo de los cambios y dificultades de esta ciudad.
¿Cómo ves el voluntariado hoy en día?
La institución ha evolucionado con los años, y la pandemia nos transformó a todos. Fue un momento decisivo, una crisis que nos llevó a repensar nuestras prioridades y que exigió que muchas filiales se reinventaran.
Sin embargo, todos tenemos algo que aportar; todos podemos ayudar. Juntos, construimos lo que es la Cruz Roja Chilena.
¿Cómo fue este proceso de reconstrucción después de la pandemia?
Reconstruir toma tiempo, pero vale la pena. Después de ese quiebre, nosotros también cambiamos a nivel personal. Sin embargo, la Cruz Roja Chilena siempre fue un pilar de ayuda y esperanza. Fue una oportunidad para que nuevos voluntarios se unieran, y aunque fue difícil sin apoyo monetario, creemos que es una institución que debemos preservar.
¿Qué significa para ti el voluntariado?
El voluntariado es el motor que impulsa a las filiales, a las comunidades y a todas las regiones. Para mí, ser voluntaria es conectar profundamente con los demás, es comprender y sentir el dolor del otro, ponerse en su lugar y ofrecer ayuda sin esperar nada a cambio. Es estar ahí para aliviar, para acompañar.
¿Cómo vives el ser parte de la Cruz Roja Chilena?
Ser parte de la Cruz Roja Chilena es una oportunidad única, y asumir la presidencia es un desafío inmenso. Llevar la Cruz Roja Chilena en el corazón significa priorizar la humanidad, que es lo esencial. Al recordar a mi madre, entendí que aunque solo alivies a una persona, esa pequeña acción es la verdadera esencia de nuestra labor.
Hoy, puedo hacerlo en comunidad, conectando con la humanidad a través de la Cruz Roja Chilena .
Aprender es importante, pero sentir amor y empatía hacia quienes sufren es algo que se lleva dentro. No se trata de la edad ni del conocimiento, sino del deseo de contribuir como persona.