Queridas voluntarias y voluntarios,
Este 8 de mayo el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja conmemora 158 años de acción humanitaria en un mundo paralizado por la pandemia, las nefastas consecuencias del cambio climático, catástrofes y guerras que parecen carecer de toda esperanza de una anhelada paz.
Pese a este adverso escenario, ustedes- mis queridas voluntarias y voluntarios- han seguido haciendo lo mejor posible por continuar con el legado humanitario que nos dejó nuestro padre fundador, Henry Dunant, quien se entregó por completo a aliviar el sufrimiento de los más de 40 mil soldados heridos y moribundos, que el 24 de junio de 1859 se debatían entre la vida y la muerte al resultar gravemente heridos durante una de las batallas más crueles de la historia, Solferino.
En esa parte del norte de Italia, durante tres días y tres noches, Henry Dunant y algunas mujeres valientes del vecino pueblo de Castiglione- quizás las primeras voluntarias de la incipiente Cruz Roja- lograron socorrer y cobijar en la añosa iglesia de ese esperanzador lugar a cerca de 4 mil uniformados, sin importar si eran austriacos, franceses o italianos, porque todos merecían ser atendidos y, por lo menos, escribir unas pocas líneas a sus familiares antes de partir de esta vida.
Hoy, como en aquella época, nos enfrentamos a las consecuencias de otros Solferinos: violencia, pobreza, hambre, intolerancia, falta de oportunidades, desigualdad, emergencias y catástrofes de todo tipo, que provocan dolor y división entre las familias, pueblos y naciones de todo el mundo.
Aunque las cosas estén cuesta arriba y nuestras labores humanitarias limitadas por la edad, enfermedades y otros obstáculos, les invito a no perder la esperanza, a seguir cuidándose de este agresivo virus y a continuar buscando maneras seguras para cumplir nuestra misión de prevenir y aliviar el sufrimiento entre los que más lo necesitan.
Tal cual Henry Dunant sacrificó una oportunidad única en su vida de seguir expendiendo sus negocios y fortuna, por ir al rescate de olvidados combatientes de un lúgubre campo de batalla, ahora nos toca a nosotros hacerlo en el nuestro, sin perder de vista nuestros Siete Principios Fundamentales y el respeto profundo por nuestro emblema.
Infinitas gracias les doy, como una de ustedes, por su ejemplo, compromiso y entrega por los que realmente importan, las personas.
María Teresa Cienfuegos Ugarte
Presidenta Nacional
Cruz Roja Chilena